De consumir a disfrutar

Con dos estaciones claramente definidas y varias colecciones resort, no es de extrañar que una gran casa de costura pueda hacer al menos, 12 colecciones anuales. La cifra asciende escandalosamente cuando pensamos en otros sistemas de moda como el prêt-à-porter o el fast fashion Pero como el gran genio Paco Rabanne dijo, “la moda no es un juego o la voluntad de un modisto; es un momento de la civilización” y vivimos en uno muy acelerado.

Este sobreconsumo, y la necesidad asociada de deshacerse de prendas y accesorios que ya no queremos para poder hacer espacio en nuestros armarios, se ha convertido en un reto global para poder evitar los impactos negativos que genera (como por ejemplo, escasez de agua potable, pérdida del suelo o grandes cantidades de residuos).

Si bien el reto es grande, y la solución a algunas cuestiones muy compleja, la economía circular se ha presentado como una buena oportunidad para transformar el actual sistema de la moda de comprar - usar - tirar en uno circular en el que las materias primas se recuperen al final de la vida de nuestros productos, a la vez que se hace un mejor uso de los recursos vírgenes necesarios en su producción.

En este sistema, el reciclaje se presenta como un buen aliado para recuperar los productos cuando el usuarix ya no los quiere; si bien hay que considerarlo una opción entre varias y no la solución perfecta a esta situación, ya que puede suponer la aparición de otras cuestiones como la intensificación en el uso de energía o la calidad de las fibras que se reciclan.

Si tratamos de abordar el reto desde la perspectiva de la cantidad de recursos que empleamos, las opciones se multiplican y el papel de todos nosotrxs, usuarixs en este sistema, se vuelve central. Es cuando hablamos de nuevos modelos de consumo, porque ¿quién dijo que la única forma de disfrutar de la moda es comprándola? Hoy más que nunca, alternativas basadas en la colaboración y en la creación de comunidades nos dan la solución a este reto.

A continuación te traemos algunos consejos para que este verano puedas ejercer tu derecho a un consumo más responsable:

CUESTIONA:

La mayoría de las compras de moda se hacen por un impulso emocional, y así comienzan muchas historias de prendas que años después, siguen en nuestro armario con la etiqueta puesta. Para evitar que esto te pase, piensa antes de comprar el producto en cuánto te lo vas a poner, si ya existe otro parecido en tu armario que haga la misma función, y si realmente es lo que buscabas o querías.

ALQUILA:

Sobre todo en esas ocasiones en las que necesitas un look único para una ocasión especial, como por ejemplo, una boda o una celebración. Aunque también para tu día a día, a través del alquiler de prendas singulares que aportarán novedad, identidad y frescura a los básicos de tu armario.

TOMA PRESTADO:

Es una buena oportunidad para airear esas prendas que muchas veces se quedan en los armarios por especiales, pero que no encontramos el momento de vestir. Presta tu armario y ¡pide el de tus amigxs prestado!

COMPRA DE SEGUNDA MANO:

Ya sea online, en mercadillos o en tiendas vintage, la segunda mano permite recircular aquellas prendas que siguen en perfectas condiciones y encontrar piezas muy especiales e incluso únicas.

COMPRA MÁS SOSTENIBLE:

Y si decides elegir un producto nuevo, aprovecha la oportunidad para apoyar un proyecto nuevo, una marca pequeña, que esté trabajando por cambiar la forma de hacer moda, para reducir todos sus impactos y hacer de esta industria, una industria mejor.

Y si quieres aprender un poco más cómo saber qué marcas son más sostenibles, este artículo de nuestro ETHOS te lo pone fácil: conoce qué certificaciones sostenibles existen y qué buscar en una marca para hacer posible un consumo mejor.